¡Atención con la nro. 5!
Marche en el zapato de un niño, cuando el aprendizaje emocional está condicionado por 7 actitudes erradas, por amor de quien lo cuida. ¿Cómo se condiciona el aprendizaje emocional en los niños? ¿Sabías que la herencia tiene un papel importante en el aprendizaje emocional? ¿Cuáles actitudes promueves en tus niños para manejar el aprendizaje emocional?
¿Qué encontrarás aquí?
- ¿Cuál es el componente mental que posee un niño, que lo diferencia de otras etapas del desarrollo?
- Aprendizaje emocional condicionado.
- La herencia emocional
- Caso # 4.
- Padres Tóxicos.
- Siete actitudes erradas por amor.
- ¿Cuáles son las consecuencias en los hijos, cuando el aprendizaje emocional es condicionado, por grietas de quien los cuida?
- ¿Cómo favorecer el aprendizaje emocional?
Estimada familia, existen diferencias en el componente mental según las etapas del desarrollo. En los niños radica en la maduración del sistema nervioso central, a nivel de la corteza orbitofrontal (COF), que se comienza a mielinizar a los poquitos meses de nacer. Alrededor de los 6 -7 años está lo suficientemente mielinizado para poder reestructurar de manera autónoma y reflexiva el impulso emocional.
¿Porqué ustedes creen que se aprende a leer y a escribir alrededor de esas edades?
Sin embargo, no es hasta los 21 años que la COF obtiene la total mielinización, por lo tanto, los torbellinos emocionales pueden producir desajustes en el comportamiento, si no se tiene un adulto responsable que “asuma de lóbulo frontal en el niño”.
Aprendizaje emocional condicionado.
Vamos a definir bien fácil que el aprendizaje emocional es el proceso mediante el cual adquirimos conocimientos, actitudes y habilidades necesarias para manejar las emociones. También, tenemos la capacidad de identificarlas, ser consciente de lo que sentimos y el sentir de las personas que tenemos a nuestro alrededor. ¿ Sabes como se identifican las emociones?
Con su adquisición creamos vínculos, tomamos decisiones más inteligentes y aprendemos a regularlas para enfrentamos a la vida desde pequeños.
Representemos un ejemplo: cuando un niño de 2 a 3 años tiene contacto con un animal domesticado, un perro, lo que él siente estará condicionado por lo que sintió o hizo el adulto que estaba a su lado en ese momento, porque se fija una emoción básica a un estímulo nuevo.
Fijando así una memoria en la que el cerebro del infante conecta el estímulo a un escenario de acción.
Si con la aparición del perro el adulto sintió miedo ( quedó atrapado en esa emoción) el niño fijará el perro al miedo, (porque ese niño pequeño, aún no sabe lo que es el miedo) y cuando vuelva aparecer un perro otra vez, ¿cuál será su reacción? Repetir lo que hizo el adulto: huir sin control, pero esta vez incorporando el llanto y querer ser protegido.
Si la persona que estaba a su lado, guarda la calma, se controla y admira al perro el niño sentirá la necesidad de acariciarlo, le producirá tranquilidad y hasta aprende a contemplar para luego admirar a los perros.
Parece simple ¿ verdad?
Marche en el zapato de un niño: Cuando su aprendizaje emocional, está condicionado por frecuentes alteraciones en el carácter de quien lo cuida.
¡Una herencia emocional!
Papá y mamá donan la información genética y asimismo condicionan estados emocionales. Desde la concepción, en el proceso de la fecundación la madre comienza a transmitir mensajes emocionales, un sentir con plenitud o carencias; añadimos también, el patrocinio de la herencia, transfiriendo ciertas características genéticas que igualmente predisponen.
La particularidad está dada en que la herencia y las emociones no siempre expresan creaciones positivas en los referentes básicos.
Veamos otro ejemplo:
Caso # 4/ Aprendizaje emocional condicionado.
Ariel tiene 4 años, hijo único que convive con su madre sola por divorcio desorganizado, con muchos conflictos. Antes que el padre del niño se marchara de casa, su mamá le quitaba la autoridad sobre él en cualquier lugar. Ariel, solo podía comer lo que preparaba ella, no aceptaba quejas de su hijo alegando que “él es muy inteligente” el más bonito”, “ es el rey”. Le acompaña cada día un cuarto asfixiado de juguetes.
Generalmente Ariel conversa con su mamá, juega con su mamá, come de las manos de mamá y muchas veces obedece ordenes de subir al escenario de su escuela solo si ella sube con él. Forma perretas, muerde, da patadas. En ocasiones, tira de los juguetes de sus amigos y cuando esta jugando con ellos constantemente repite: “eso mío”.
Con estos desajustes del humor parental, ¿cómo vamos a propiciar adecuados aprendizajes emocionales y sociales?
La persistencia de este cuadro esquemático emocional y conductual se expresan en los:
Padres tóxicos
- Marchitan la autoestima de sus hijos.
- Acarician el EGO, el YO en sus hijos: «es el mas inteligente, bonito, es el Rey».
- Aplastan la confianza, creando intensos vínculos de dependencia emocional.
- Favorecen comportamientos maquinados, restándoles valor a la autonomía infantil.
- Se muestran violentos en cualquier escenario, insultan, humillan.
- Critican ideas, “si no haces lo que ellos dicen “, se disgustan.
- Dejando ver que si no estás de acuerdo con ellos pues no te apoyarán.
- Eclipsan capacidades, porque no aportan herramientas y los niños no saben como actuar.
- Por amor, Sobre Estimulan a los pequeños. “Queremos que sean muy felices que aprendan danza, música, pintura, 3 o más idiomas, ciencias, que lo aprendan todo en esta vida”.
Como somos un continuum produciendo emociones y conductas, entonces comienzan a surgir patrones en la crianza y con ellos como el efecto dominó:
7 actitudes erradas por amor
1. La sobreprotección (amor con ansiedad)
- Aman tanto que asfixian a los hijos, ahogan ansiedad. “La famosa burbuja”. Donde se fomentan apegos de dependencia emocional de tipo inseguro.
- No facilitan el validismo, «bueno está muy pequeño aún no se puede vestir, aún no sabes coger la cuchara, ¿cómo va a comer?, sus cosas la ordeno yo», y luego ese niño no aprende a vestirse, ni a comer o poder organizar su mochila del colegio con prestancia y autonomía.
- Se afectala la socialización progresiva y retroalimentación de vínculos.
- Despiertan una especie de “Ecos por sobre advertencias“ debido a las constantes señales de ansiedad y temores, dados por la inseguridad que colocan en sus hijos. Se afecta la autoestima.
- Aplastan la dinámica de la niñez, el disfrute de juegos o conversaciones con sus amigos.

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2.Permisividad (amor sin autoridad)
- Aquí las familias establecen normas educativas, pero los referentes son “débiles de carácter, muy emocionales o consentidores”.
- Proporcionan abundante afecto, sin embargo, no ejercen control sobre el niño ” por ende hace lo que él quiere”, “es el rey de la casa” (como Ariel).
- Muchos de estos criterios son respaldados por lástima o porque están muy pequeños.
3. Autoridad en exceso
- Algunos padres no aceptan al hijo tal y como es, exigiéndoles que deben de ser como ellos y estar de acuerdo con sus ideas o criterios.
- Evidentemente no se respetan los espacios de los hijos.
- Se interrumpen los juegos sin previo aviso, para comer, dormir, salir, en el momento que la familia decida.
4. Personalización
- En esta actitud los padres vuelven a vivir la vida en sus hijos, deseándoles lo que no pudieron obtener para sí, es natural, pero en ocasiones son tablas de salvación de carencias narcisistas por fracasos.
- Por ejemplo en el caso de Ariel, ¿han leído algún libro o estudio científico donde manifieste o relacione que para estar alegre, el niño tiene que poseer todo tipo de juguetes?. Esta actitud por aprendizaje emocional reforzado, en lo adelante puede desencadenar querer tener el sol y la luna. ¿Podrá? Atención mamá y papá.
5. Ejercicios de la autoridad dividida
- En esta actitud existen muchas diferencias entre los padres para organizar la disciplina, deberes, horarios, responsabilidades.
- Son los padres incompatibles, generalmente están en desacuerdo con la educación, las normas se quebrantan, y como no se consultan adecuadamente las decisiones entre ellos, no hay coherencias.
- Los premios o las prohibiciones son de criterios opuestos.
Quisiera destacar que esta actitud es muy hostil en sí misma, es muy peligrosa en la toma de decisiones, porque pueden aparecer criterios cerrados entre los padres como: «si el niño no es mío, tampoco será tuyo».
6. Inconsistencias
- Aquí la ambigüedad y la confusión son protagonistas de entenderse las ordenes de diversas maneras, en cualquier esfera de la vida. Imaginen ustedes, ¿cómo será el cumplimiento de normas? “o hago los deberes o no los hago”.
- Tu hijo comenzará a construir conductas positivas y negativas por conveniencias, «con el río revuelto ganancias para el pescador».
- Permitir “algo” en una ocasión y luego que “lo mismo” sea objeto de rechazo en otra oportunidad, y como si fuera poco de “ingrediente adicional”, en dependencia de los estados emocionales de los padres.
7. Conductas paranoicas hacia el niño
En algunas circunstancias la madre o el padre asumen una actitud de “sospecha” rodeando al niño de una atmosfera emocional – persecutoria devolviéndoles una imagen de “niño malo”.
- Pueden estar asociadas con las conductas sociales por ejemplo en la disciplina, amistades del niño o rendimiento escolar.
- Con la sexualidad, sospechas de manipulación genital u orientación sexual.
- Por supuesto esta actitud de desconfianza puede estar relacionada con alguna “cualidad negativa” que hayan construido alguno de los dos padres con algún familiar, vecino o amigos de la familia o del niño.
- Lo más triste es que en muchas ocasiones el niño no sabe ni el porqué de esta persecución
¿Cuáles son las consecuencias en los hijos?
Es inevitables que las emociones negativas, las conductas y la toma de decisiones por error no traiga inevitables consecuencias. Revisemos, ¿qué sucede en los hijos, cuando el aprendizaje emocional se condiciona por grietas emocionales de quien los cuida?
- Inconscientemente los niños son copias emocionales de los padres.
- Suelen presentar perretas, apnea emotiva hasta lograr sus propósitos.
- Inmadurez emocional, conductas inferiores a su edad cronológica.
- Frustración y fracaso intelectual.
- Se favorece la dependencia e inmadurez emocional por apegos de tipo inseguro.
- Constante miedo a la desaprobación, sobre todo a la de los padres.
- Miedo a los compromisos sociales, al abandono y a la soledad.
- Culpabilidad, mantienen una relación de «odio – amor» con sus figuras parentales.
- Pueden asumir conductas de manipulación, mostrando lo que desean ver sus padres y de esta manera obtener su aprobación.
- Aparecen manifestaciones de exhibición – inhibición o respuestas del tipo disocial.
- Favorecen la timidez infantil.
Si los referentes básicos (mamá, papá, tutores) favorecen emociones de inseguridad, miedo, tristeza, enojo, someten más al niño al filo de la inestabilidad y con categorías impropias de sus iguales o adultos, que lo etiquetarán como “inquieto, triste, tímido o miedoso”.
¿Cómo favorecer aprendizajes emocionales sanos?
«Preparalos para que se pongan en función de la vida, no la vida en función de ellos».
- Mamá y Papá, es importante desde pequeños ofrecer seguridad emocional en los hijos, admirando y estimulando lo que logran hacer.
- Fomentar apegos seguros para que no obstaculicen el desarrollo del aprendizaje emocional. Siempre habrán caminos escabrosos, no es evitar constantemente que se caigan sino enseñarle a levantarse. ¿Dónde queda entonces el principio del aprendizaje por error?
- Sucede que en ocasiones sobreactuamos el error“ pero mira, cómo te has podido equivocar” ¡tienes que volver hacer todo! o sino, ¿pero o través?” Ayúdalo a reconocer el error sin dramatismo emocional buscando la solución, se equivocó en primera persona pues ahora como padres encuentren en equipo la resolución.
- Es necesario compartir las emociones con nuestros niños, enseñale cuáles son las emociones básicas, como mismo le enseñas la tablas de multiplicar, verás que luego puede identificar que le sucede, compartirlo contigo y encontrar la solución.
- Existen familias que no pueden ver llorar a un niño varón o igual una niña, y de contra se lo dicen…“¿pero por qué estás llorando, por gusto, oye que no es para tanto?” “Oye que los varones no lloran” usted mismo está anulando las emociones, que sus niños las identifiquen, y sin querer estás anulando la oportunidad de enseñarles a exteriorizar lo que sienten con tu compañía.
¿Cuántos niños vemos en consultas que invalidan sus emociones y no le cuentan a sus papás lo que les sucede?
- Dando lugar a la angustia, ansiedad, represión, por no saber reconocer ni exteriorizar sus emociones.
- No es mejor que le preguntes de forma calmada ¿estás triste? ¿Qué es lo que te hace sentir así? Vamos a conversar. Estás ayudándole a reconocer su emoción, a sentirse mas tranquilo y a su vez conoces la causa de su tristeza; porque te aseguro no será esa la única, pero ya se aprendió el camino para cuando surjan otra vez.
- Pero si no identifica adecuadamente estas emociones con tu ayuda ¿qué puede suceder? las incorpora y canaliza en su conducta entonces ya no es lo mismo sentir y lo que está haciendo (Ariel) mezcla su enfado con el comportamiento dando patadas a través de un comportamiento ambiguo.
- La familia debe de enseñar a identificar y a gerenciar las emociones negativas de sus hijos para que no se queden atrapados en ellas, alimentándolas.
- Aprenderán también el autocontrol y la comprensión emocional, tan necesarios para cuando les llegue el momento de levantar sus alas, puedan volar con plena libertad.
Favoreciendo el aprendizaje emocional sano en tus hijos, en conjunto con el intelectual, ya tiene una buena parte ganada en el dominio propio y la virtud.
Un abrazo familia.
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